Personajes Alfonso Diez |
No cabe duda, una foto dice más que mil palabras y el ejemplo ahora lo
tenemos con la que se tomaron en la Casa Blanca tres ex presidentes, el presidente electo y el presidente en funciones.
Los políticos siempre quieren dar la mejor imagen a sus electores y
algunos son asesorados para el efecto. Hay quienes toman algún curso para
pararse frente al público de la manera más conveniente, como deberían hacerlo
todos los que de una u otra forma tienen que dar la cara a una audiencia.
La oportunidad para analizar a los cinco mencionados bajo esta lupa se
presenta magnífica, no podíamos dejarla pasar.
La foto los muestra, de izquierda a derecha, de la siguiente manera: En
primer lugar George Bush padre, con las
manos en los bolsillos; luego el presidente electo, Barack Obama, con las manos al frente entrelazadas;
después el presidente actual, George Bush hijo, con las manos cayendo de manera natural a los lados de su cuerpo; en
cuarto lugar el ex presidente Bill Clinton, ligeramente atrás de los otros
cuatro y con las manos entrelazadas por
detrás, ocultas; y al final el ex presidente Jimmy Carter, con la
mano derecha en el bolsillo y la izquierda extendida al lado izquierdo de su
cuerpo (en otras, como la que se anexa al final de este texto, no tiene la mano
derecha en el bolsillo).
La actitud de Bush padre, George
Herbert Bush, quien nació el 12 de junio de 1924 en Milton, Massachusets,
es de despreocupación, real o fingida; pero efectivamente, a sus 84 años de edad y después de haber sido
el presidente número 41 de Estados
Unidos, actualmente tiene las suficientes “tablas” para pararse
despreocupadamente junto a los otros cinco. Ya nada le afecta. Ha declarado que
le gustaría que su hijo Jeb, quien fue gobernador de Florida, llegara también a
la presidencia de su nación, igual que lo hicieron el hijo que ahora termina su
mandato y él. Es un hombre alto, el más alto de los cinco, sirvió a la Fuerza
Aérea de su país y en consecuencia tuvo que pasar por disciplinas muy duras
para mantener la frente erguida y los hombros hacia atrás, dos indicaciones que
siempre marcan los asesores de imagen.
El psicólogo que analiza la personalidad solicita a su analizado que
haga el dibujo de un ser humano, sin decirle si hombre o mujer, y toma en
cuenta todos los detalles que dibuja el sujeto en cuestión: si alguna mano está
oculta, si dibujó un hombre o una mujer ¿Lo peinó o no? ¿Fue detallista? ¿Lo
vistió o no? ¿Le puso ropa fina o corriente en apariencia? Un adolescente que
se masturba, por ejemplo, generalmente esconde la mano derecha en sus dibujos.
En fin, eso no significa que Bush padre esconda por eso las dos manos, pero un
simple gesto que intenta reflejar naturalidad, confianza, puede revertirse ¿Se
siente culpable de algo?
Dejemos a Bush hijo y a Obama al final en este juego de análisis y
pasemos a Clinton. William (Bill)
Jefferson Clinton fue el 42 presidente de Estados Unidos. Tiene 62
años de edad, nació el 19 de agosto de 1946 en Hope, Arkansas. Sus manos
atrás generalmente reflejan una posición de “investíguenme todo lo que quieran,
no tengo nada que ocultar y como verán ni siquiera me defiendo; miren, pongo
las manos detrás de mí para que vean que ni siquiera voy a defenderme”. Pero
esto, en realidad, lo coloca a la defensiva. Y es en parte cierto, ha sido el
más investigado de los cinco, tanto por el asunto de Mónica Lewinsky como ahora
por la designación de su esposa como jefa del Departamento de Estado. Bill tuvo
que revelar la lista completa de los donantes de su fundación para demostrar que
no habría conflicto de intereses en el nombramiento de Hillary. El hecho de que
se haya parado ligeramente atrás de los otros cuatro lo ubica también a la
defensiva.
El quinto de izquierda a derecha en la foto es el ex presidente James (Jimmy) Earl Carter, que ocupó el
lugar número 39 entre los
presidentes de Estados Unidos. Tomó posesión el 20 de enero de 1977. Nació el
primero de octubre de 1924 en Plains, Georgia y tiene, por lo tanto, 84 años de edad, igual que Bush padre.
Su imagen es la de un hombre serio y afable a la vez. Esboza una leve sonrisa y
tiene la mano derecha metida en el bolsillo del pantalón (metía y sacaba la
mano derecha del bolsillo; le tomaron fotos con la mano en el bolsillo y fuera
de él). Colabora con frecuencia como observador internacional de elecciones en
diversos países. De la misma manera que le sucede al de su misma edad, parece
no haber nada que le preocupe. Pero se muestra más preocupado por la opinión de
los demás. Parece presto para el debate y dispuesto tanto para resistir un
ataque como para recibir un elogio con la misma expresión en el rostro.
Barack Hussein Obama, el presidente electo, es el más joven de los que aparecen en la foto.
Nació el 4 de agosto de 1961 en Honolulu, Hawai, tiene entonces 47 años de edad, y cuando tome
posesión, el próximo 20 de enero, se convertirá en el presidente número 44 de los Estados Unidos. Es el sujeto
ideal para ser criticado por los maestros de Oratoria y por aquellos que dan
clases de cómo pararse frente al público. Lo primero que dicen uno y otro a
quien están aleccionando es que nunca se pare con las manos entrelazadas al
frente e inclusive le hacen la broma ¿Por qué pone las manos al frente? Parece
como si quisiera ocultar algo ¿Qué, no sabe qué hacer con las manos? Déjelas
simplemente sueltas, a los lados. Es evidente que a Obama nadie le ha dicho que
tal manera de enfrentar al público es un error de primaria y lo cometen, por
cierto, con mucha frecuencia los políticos mexicanos. Así que Obama fue el que
salió peor librado con la imagen que proyecta al pararse frente a las masas.
Finalmente el presidente en funciones, George Walker Bush, quien nació el 6 de julio de 1946 en New Haven,
Connecticut y tiene por lo tanto la misma edad que Clinton, 62, es el presidente número 43 de su país. Por las razones
expuestas en el párrafo anterior, dedicado a Obama, queda claro que éste
(Bush), el presidente con menos aceptación en la historia de los Estados
Unidos, al pararse frente a la cámara con los brazos cayendo de manera natural
a los lados, lo hizo de manera correcta (también Carter), dicen los asesores de
imagen y los maestros de Oratoria. Así que el reprobado como presidente, fue el
que aprobó con mejor calificación (a la par que Carter) en una parte importante
de la imagen que se proyecta, la que tiene al pararse frente a las cámaras. Tal
vez éste sí tomó clases al respecto y es un alumno aprovechado.
Podría pensarse que no tiene importancia cuál sea la manera en que los
electores ven a determinado político, pero el simple planteamiento tiene la
respuesta hecha: Una mala imagen puede hacer que se pierda una elección y en
este caso, todos los detalles cuentan. Aquí cabe recordar a Cuauhtémoc
Cárdenas, que cuando hizo caso a los consejos de que dejara el rostro adusto y
comenzara a sonreír subió su porcentaje de aprobación entre los electores. Todo
tiene que ver: ¿Juega nerviosamente con las manos? ¿Tartamudea? ¿Se le olvidó
lo que tenía que decir? ¿No sabe ni lo que dice? ¿No está informado? Todo lo
califica.
¿La edad? No tiene nada que ver, pero Obama es el más joven, con 47; Bush hijo y Clinton tiene la misma, 62; Bush padre y Carter tienen
curiosamente también la misma edad, 84.
Obama tiene entonces 15 años menos
que los dos primeros y 37 menos que los segundos. Pero
suficiente edad y preparación, genéricamente hablando, para ser presidente de
una nación.
Al nuevo presidente, Obama, por lo que hemos visto, le urge un buen asesor de imagen. |